La importancia de incorporar alimentos ricos en vitamina D en nuestra dieta es incuestionable, al ser un importante mediador en la absorción del calcio o en la regulación de la salud de nuestro esqueleto.
Los estudios han demostrado que el déficit de vitamina D es un riesgo no sólo por la baja densidad ósea sino que también está asociado a otras patologías metabólicas sobre todo las que están asociadas a una respuesta inmune, como las enfermedades inflamatorias crónicas o el cáncer.