Este término se refiere al tipo de unión que se produce entre el hueso maxilar y el implante dental cerámico. Se trata de una unión química que se produce a través de una capa que se forma entre la superficie del hueso y la superficie del implante.

La capa se encuentra formada por diferentes componentes químicos que proceden de implantes y superficies óseas, esto genera una unión más rápida e intensa que la que se consigue por medio de la osteointegración.

Uno de los materiales más usados es la hidrociapatita, un material de tipo bioactivo para el tejido ósea, es la fase mineral del hueso. Este mineral genera reacciones tisulares que son favorables para el establecimiento de enlaces químicos directos con el hueso. Las células pueden reconocer la hidroxiapatita como un material no ajeno y esto genera la unión química entre ella y el tejido óseo.

También existen otros materiales cerámicos que se usan para la biointegración, entre ellos el óxido de aluminio monocristalino.

Entre las desventajas que se encuentran en el uso de estas sustancias son las propiedades mecánicas que poseen, ya que pueden ser muy frágiles. Por esa razón en la implantología dental solo se puede usar recubrimiento sobre el titanio.

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