La periimplantitis está emergiendo como un peligro latente que promueve la perdida de hueso, que hace de soporte al implante dental por infección bacteriana.

Esta enfermedad inflamatoria se caracteriza por que al desarrollar una infección bacteriana promueve la pérdida gradual de hueso de la mandíbula que se encarga de soportar a un implante. Según los especialistas aún no está claro si la infección es la responsable de la retracción ósea que expone la zona a las bacterias, pero los dentistas están seguros de cómo tratarla.

Remontándonos en el pasado hace diez años, los profesionales decían que la condición no existía, sin embargo ahora está en aumento, ya que cada vez más personas tienen recambio coronas de porcelana con las raíces de titanio y según los nuevos estudios casi un tercio de los pacientes implantados se infecta.

Lo que debemos saber es que la periimplantitis se ve precedida por una condición de carácter leve, que se conoce con el nombre de “mucositis peri-implante”, condición que es común y tratable. Los primeros signos se traducen en encías rojas e inflamadas y sangrado cuando se analiza, pero cuando no se detecta y por lo tanto no se trata, puede convertirse en la periimplantitis.

Se podría decir que paradójicamente, el incremento de los casos se debe principalmente a los avances en el diseño del implante, ya que a mediados de los años noventa, los médicos descubrieron que los implantes sobre una superficie áspera se integraba mejor con el hueso, sin embargo esta textura es más probable que se infecte de bacterias particularmente cuando se produce pérdida de masa ósea, lo que se traduce en un encogimiento del hueso.

Para tener en cuenta; la pérdida de hueso suele ser indolora, por ello muchas personas no se dan cuenta que tienen la condición, por lo tanto las consultas regulares y una higiene oral escrupulosa son las líneas de defensa básicas ante esta nueva condición oral.

Imagen; MF