Nuevas metodologías podrían acortar los tiempos de curación de los implantes dentales de titanio, mediante el estudio de la estructura de la superficie de los mismos y no sólo a nivel micro, sino también a escala nano, según investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Gotemburgo; Suecia.

Los investigadores evaluaron que un aumento de la superficie activa a nivel nano y el cambio de la conductividad del implante, afectaría a la biomecánica del cuerpo y aceleraría la cicatrización del implante. Esto reduciría la incomodidad para los pacientes, quienes además obtendrían una mejor calidad de vida durante el proceso de curación.

Los implantes dentales vienen siendo utilizados desde hace unos 40 años y el titanio fue el material elegido por excelencia, ya que no presentaba rechazo al ser implantado en el hueso. Este material se cubre con una capa delgada de óxido, que es formada naturalmente, siendo puntualmente las propiedades de este óxido las que definen la fusión con el hueso.

Otro factor de éxito es la rugosidad de la superficie del implante, ya que se evalúo como la mejor opción a una superficie lisa, por ello la superficie de los implantes actuales se caracterizan por presentar distintos grados de rugosidad en la rosca a las nano estructuras superpuestas.

El anclaje del implante en el hueso es el que ejerce una influencia mecánica sobre el tejido óseo, la cual se conoce como estimulación biomecánica, que facilita la formación de hueso nuevo. Por lo tanto como la rugosidad de la superficie es importante para la formación de nuevo hueso, los investigadores consideraron como esencial tener la capacidad de medir y describir el aspecto de la superficie en detalle, para lograr una mejor y más rápida cicatrización.

En resumen los investigadores descubrieron, que las superficies con nano estructuras bien definidas, presentan un área activa más amplia y por ello responden más rápidamente a la deposición de los minerales que forman el hueso, acelerando el proceso de curación.

Imagen: MF